La Catalista, el bar de vinos del Born

El barrio barcelonés del Born ya cuenta con un nuevo bar de vinos: La Catalista. Una alianza enológico-culinaria a cargo de la chef Laila Bazham (Hawker 45) y la sumiller Erin Nixon.

Su Texas natal se le quedaba pequeño a Erin Nixon, así que durante varios años estuvo viviendo en diferentes países hasta que recaló en Reino Unido, concretamente en Londres, donde ejercía de directiva en una empresa tecnológica. Entre vuelo y vuelo de su ajetreada vida, siempre había un reducto de paz: un pequeño bar de vinos ubicado en el aeropuerto. Era su pequeño momento de desconexión y el lugar donde fantaseaba con la idea de cambiar de vida y emprender un negocio propio relacionado con los vinos.

La fantasía empezó a tomar forma el día en ella y su marido decidieron que era el momento de hacer un parón laboral y dedicar todo un año a viajar. Pero el destino no se lo iba a poner fácil. Un leve accidente impidió que cumplieran con este proyecto, así que a lo largo de los siguientes meses tuvieron tiempo para darle una vuelta a todo. Fue el comienzo de su nueva vida. Tras sopesar los pros y los contras y apostar por una vida más en línea con sus nuevas ambiciones, el marido de Nixon cambió de trabajo y se trasladaron a Barcelona. Para Erin, era el lugar perfecto para apoyar la cultura enológica, el punto de partida ideal para su proyecto.

Fue en esta ciudad donde la americana, habitual del Hawker45, conoció a la chef Laila Bazham. El amor por lo culinario de una y el de los vinos de la otra hizo el resto.

BBQ smoked short-ribs servidas en tacos de lechuga con reducción de salsa barbacoa al jengibre y patata

BBQ smoked short-ribs servidas en tacos de lechuga con reducción de salsa barbacoa al jengibre y patata

La Catalista, ubicado en el barrio del Born (Barcelona) es un pequeño espacio donde Erin da rienda suelta a su afición por los vinos, con una carta de referencias catalanas singulares. Son bodegas escogidas con mimo, con cariño, a las que ella ha ido a visitar personalmente y que esconden historias peculiares, que han conquistado el paladar y el corazón de la sumiller. Actualmente, la carta alberga tres espumosos, cuatro blancos, cinco tintos, un rosado y dos vinos dulces. La mayoría biodinámicos.

A partir de esta selección, Laila escoge un plato para cada una de las referencias. La chef afirma que este maridaje se lleva a cabo siguiendo “los criterios de François Chartier”. Los platos se pueden pedir para compartir o como ración individual y en cuanto a los vinos la opción es botella, copa o media copa –ésta última a partir de tres-. Evidentemente, si el comensal prefiere otra referencia, no hay problema. No hay reglas”, afirma Erin.

La propuesta gastronómica sigue la línea de la culinaria del Hawker45, con mayor acento, quizás, filipino-brasileña. Entre las propuestas que probamos: ceviche de atún Akami con emulsión de kimchi, crema de rábano picante, manzana y tarama con un Castell d’Age 1988 Nature Reserva (biodinámico); vieiras salteadas con ensalada de tomate, emulsión de soja e hinojocon Parés Baltà Cosmic 2018; setas de temporada con salsa de tonatto, berro y flores comestibles con Foresta Sumoll 2017 y BBQ smoked short-ribs servidas en tacos de lechuga con reducción de salsa barbacoa al jengibre y patata (con opción a que sea vegetariano) con un tinto Vega Aixalà – Viern 2011 de la Conca de Barberà. Y como postre, torrija con helado de caramelo salada y el vino Melvasia Verema Tardana Vega de Ríos.

El nombre con el que han bautizado el proyecto, La Catalista, es toda una declaración de intenciones: “cata alude al mundo de los vinos, pero lista tiene una doble acepción, la de inteligencia y la de estar preparada para empezar algo”, explican en el restaurante. Tanto para Erin como para Laila, “Catalista simboliza la chispa que enciende algo maravilloso”. Por su lado, Nixon señala, “el sector vitivinícola en Catalunya está en este momento de ignición gracias a la proliferación de proyectos de pequeños productores que están recuperando variedades autóctonas y redescubriendo ancestrales métodos de elaboración, así como nuevas generaciones de viticultores que están dispuestos a esperar los 10 ó 15 años necesarios para recoger los frutos de su trabajo y dedicación. Por ello, la carta del restaurante sólo comprende vinos elaborados en esta tierra”.

La Catalista abre de lunes a jueves desde las 14:00 hasta las 23:00, mientras que en sábado y domingo el brunch tiene protagonismo asegurado, pues la cocina abre a las 10:00 en ambos días (hasta medianoche en sábado y hasta las 16:00 en domingo). El viernes abre desde las 14:00 hasta medianoche.

(Publicado en la revista 7Caníbales)

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