Carles Abellán, igual que otros chefs, ha desembarcado en Formentera seducido por el aire desenfadado de las islas. Su Casa Natalia estrena nueva temporada y repite club clandestino.
Desde que Paco Roncero pusiera un pie en Ibiza, con Sublimotion, en 2013, han sido varios los cocineros que han apostado por las Islas Baleares con mejor o peor fortuna. Muchos los encontraremos en la lista de cierres, cambios de ubicación, formatos pop up y alianzas efímeras, pero existen otros que persisten y han conquistado al público local.
En Ibiza es el caso de Martín Berasategui que mantiene Etxeko, desde su llegada en 2019 al Hotel Bless (Es Canar); de Rafa Zafra con Casa Jondal (Sant Josep de Sa Talaia, 2020) o del propio Roncero y su performance culinaria en Sant Josep de Sa Talaia.
En Formentera, se encuentra el incombustible Nandu Jubany. Aterrizó en la isla con Can Carlitos (La Savina) en 2016 y, desde entonces, ha ido sumando proyectos. Es Còdol Foradat (Playa de Migjorn) pasó de manos de la familia Ferrer-Mayans a las del cocinero catalán en 2020; inauguró Agua y Aire (La Savina) en 2021 y El Pecador ha cerrado en Ibiza para abrir en Formentera.
Otros que mantienen la bandera ondeando son Carles Abellán y Natalia Juan, que este año cumplen tercera temporada con Casa Natalia, en Sant Ferran de Ses Roques (Formentera).
¿Dónde se ubica Casa Natalia?
Carles Abellan, ex Bulli que revolucionó el mundo de la tapa con Comerç 24 en 2001 —proyecto propio con el que obtuvo su primera estrella Michelin—, actualmente prefiere ocupar la segunda fila y centrarse en el asesoramiento de proyectos. Hoy día, se ocupa de Tapas 24 (dos en Barcelona y uno en Singapur) y Casa Natalia.
El restaurante balear no se encuentra en los circuitos turísticos de la isla ni tampoco en primera línea de mar (aunque la playa está a escasos quince minutos por el agradable camino de Ses Vinyes) sino entre las callejuelas de un pueblo donde residen, sobre todo, autóctonos. Una ubicación que evidencia la intención de ir más allá del turista de paso.
Casa Natalia ofrece un rincón alejado del bullicio, donde el cliente puede disfrutar de la cocina con sello Abellán y de un entorno acogedor, confortable y agradable ambientado con una playlist que rememora grandes hits de los 80 y 90.
“Lo que nos gusta de este restaurante es que hemos conseguido crear un ambiente con una energía especial, donde el cliente se siente cómodo. Tenemos un gran equipo, muy profesional, con el que hemos creado una familia y eso el cliente lo percibe”, afirma Natalia, la gran anfitriona de esta casa y la responsable de su nombre. “Nuestra satisfacción es ver caras conocidas cada temporada, señal de que gusta lo que hacemos”, añade.
¿Qué se come en Casa Natalia?
La carta está compuesta de opciones de picoteo, tapas, entrantes y platos, para compartir, inspirados en la cocina tradicional mediterránea, pero con el toque creativo de Abellán. Se trabaja, principalmente, con el producto local.
Este año, la carta incluye nuevos platos y ofrece opciones de menú para grupos, adaptados al gusto de cada cliente. “Todo tiene cabida en nuestra casa. Aquí siempre vas a encontrarnos con los brazos abiertos, la mesa puesta, una bodega con más de 700 referencias —una de las más completas de la isla—, producto excepcional y recetas de toda la vida”, explica Natalia Juan.
Entre las propuestas, observamos elaboraciones reconocibles del Tapas 24 como el bikini, el tartar de tomate, las alcachofas a la brasa, el hinojo a la brasa con parmesano o la ensaladilla rusa, pero también otros propios como el calamar de la isla con cebolla confitada, el ceviche de sirvia o la lasaña desorganizada de fricandó.
Si Carles Abellán lidera los fogones, Natalia se ocupa del engranaje interno, la sala, la bodega y la bienvenida a los clientes. Es el alma del restaurante, una auténtica anfitriona cuyo trato reconforta, arropa y te hace sentir como en casa. Mientras dura nuestra visita, el goteo de clientes que la saludan con afecto es constante.
La oferta se completa con el club musical Charly’s ubicado en el piso inferior del restaurante. “Es difícil encontrar un local en la isla donde sirvan una buena copa, así que decidimos montar el nuestro”, afirma Abellán. Es un espacio moderno, con alma roquera, clandestino, consolidado como una opción de ocio nocturno en la isla y donde encontraremos música en directo o con DJ.
Decimos adiós a la pareja. “Casa Natalia es nuestro refugio, nuestro destino. Nuestra casa”, se despiden. Brindamos por muchos años más.