Ya lo hicieron al principio, hace unos tres años, cuando abrieron. Demostraron su valentía al proponer una oferta arriesgada, contemporánea, y con cierto toque innovador, que se distanciaba de los locales de tapeo o las fórmulas tradicionales que triunfaban en la zona. Y más si tenemos en cuenta que su ubicación, en Hospitalet de Llobregat, estaba próxima a uno de los barrios que, en su momento, había gozado de menos popularidad. No obstante, contra los pronósticos de algunos –viendo el perfil de establecimientos de la zona- triunfaron. Ni siquiera les dio tiempo a sufrir por llenar: mediodías y noches las mesas eran ocupadas sin excepción.
Ahora lo han vuelto a hacer. Fiel a su filosofía de “no dejar de sorprender y trabajar mucho”, propone al comensal una nueva aventura: la de su menú degustación. Una fórmula que incluye unos diez platos (con aperitivo, entrantes, principales, dos postres y petit fours) por un precio de cincuenta euros. Veinticinco más si queremos maridaje. Una iniciativa que añade un plus de dificultad más al doble salto mortal con el que abrieron. Claro que si de aquel, el más complejo, salieron ilesos, de éste todo augura que no va a ser diferente. Ahora cuentan con, no solo la fidelidad del cliente habitual y la confianza que se han granjeado en su entorno, sino con el crecimiento del barrio. Una zona emergente en la que se construyen modernos rascacielos y en la que se celebran ferias tan potentes como Alimentaria o el Mobile Congress. De hecho, la transformación ha sido tal que los autóctonos le llaman, cariñosamente a esta zona, el Manhattan de Hospitalet, tal es la fama de buen barrio que se ha ganado. Y un detalle más, el más importante: el potencial y el talento culinario de Pablo no deja indiferente y, posiblemente, oigamos hablar mucho de él en un futuro no muy lejano. El viaje, fuera de la órbita barcelonesa, bien vale la pena.
Si en cocina el imaginario de Pablo fluye sin límites; en la gestión, Mónica Artero no se queda atrás. Su cerebro es una máquina que no deja de fabricar ideas aunque con la precaución y la prudencia del que sabe que, en un ejercicio de malabares, las bolas se han de ir añadiendo de una en una.
This & That es el escenario donde Pablo Carrizo y Mónica Artero exhiben su trabajo pero en el backstage las piezas funcionan también en otras direcciones. Clases, asesoramiento, servicio de chef privado y eventos. En este último caso, donde más trabajaban es en Ibiza –lugar donde se conocieron y donde ofrecen, principalmente, estos servicios-. Pero ahora, con la adhesión del local contiguo al espacio actual, buscan incrementar esta línea de negocio también en Barcelona. Una estrategia que no dudamos que, al igual que el resto, llevarán a buen puerto.
(Publicado en la revista gastronómica digital 7Caníbales)
Este restaurante está cerrado actualmente.